A veces cuando damos un pronóstico en alguna pelea, terminamos por
entender que cuando hay dentro de ese boxeador que dimos por perdido de antemano,
un corazón como el de Francisco “El Bandido” Vargas. Concluimos que es hasta satisfactorio
habernos equivocado. Nosotros, dándole a
Takashi Miura los pergaminos que tiene, creímos que sería mucha pieza para
Vargas, y por momentos durante esa pelea, el pronóstico que dimos caminaba por
la ruta que nos habíamos trazado.
Takashi Miura estaba realizando un trabajo quirúrgico, desarmaba la estámina
y el aguante de Vargas con potentes golpes al cuerpo, que minaban poco a poco la
resistencia del mexicano. Luego, ese recto de zurda que lanzo a la lona al “Bandido”
Vargas muy lastimado en el round 4, nos decía que el final era tan solo cosa de
tiempo.
Durante el resto de la pelea hasta la novena ronda, vimos que Miura crecía
en el dominio del pleito y al terminar la octava vuelta, Francisco Vargas se
fue muy lastimado a su esquina presagiándonos que estábamos frente a un final escasamente
esperado por muchos, pero que era evidente que llegaba.
Sin embargo, desde el fondo de su corazón y su mente, Francisco “El
Bandido” Vargas, resurgió como el ave fénix y de forma explosiva, nos hizo rememorar
las grandes batallas en las que la casta y el pundonor del “Guerrero Azteca”, salió
a flote. Saco la garra, el orgullo y entro a esa novena vuelta como un ‘miura’
a matar o morir. Esas son el tipo de peleas que crean una nueva base de fans,
son las peleas que al pasar el tiempo, lees o escuchas decir a alguien que son
la razón de ser un fan del boxeo.
Vargas demostró que aún quedan vestigios del gran “Guerrero Azteca”, nos
hizo sufrir viéndolo casi al borde de una derrota que parecía inminente, pero también,
nos brindo la inmensa alegría de verlo surgir casi desde las cenizas, y
apelando a su valor, imponerse en un combate que prácticamente tenia perdido.
Fue sin lugar a ninguna duda, la pelea que salvo el evento. Francisco “El
Bandido” Vargas y el japonés Takashi Miura, se metieron al ensogado a regalarnos
lo mejor de cada uno de ellos. Miura, tuvo al inicio del combate, un aviso de
que estaba talvez en la pelea más difícil de toda su carrera, cuando Vargas lo
tuvo al borde del nocaut en el primer asalto. A pesar de esto, el japonés se
recupero, y desde allí empezó a dibujar su pelea hasta el octavo con todo a su
favor.
Pero, ese final por todo lo que había sucedido durante 8 rounds, fue apoteósico.
Vargas forjo en gran medida con esta victoria, una buena parte de su legado. Se
hizo del título mundial súper pluma del CMB, de una forma que ahora es muy poco
vista. Lo hizo frente a su público, durante un evento PPV y apagó el coraje de
otro gran guerrero como Miura.
Son estas peleas y sus resultados, las que nos siguen dando el aliento
para seguir adelante. Estos boxeadores, nos dicen con sus presentaciones que no
todo está perdido, y que dentro de inmensa maraña que representa el boxeo
actual y los negocios, aun vemos a estos gladiadores brindarnos un combate
digno de ser recordado, y nos deja la sensación de que errar así un pronóstico,
valió la pena.
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