domingo, 22 de noviembre de 2015

“BANDIDO” VARGAS RESUCITÓ AL GUERRERO AZTECA EN LAS VEGAS

Foto: Cortesia Getty Images



A veces cuando damos un pronóstico en alguna pelea, terminamos por entender que cuando hay dentro de ese boxeador que dimos por perdido de antemano, un corazón como el de Francisco “El Bandido” Vargas. Concluimos que es hasta satisfactorio habernos equivocado.  Nosotros, dándole a Takashi Miura los pergaminos que tiene, creímos que sería mucha pieza para Vargas, y por momentos durante esa pelea, el pronóstico que dimos caminaba por la ruta que nos habíamos trazado.

Takashi Miura estaba realizando un trabajo quirúrgico, desarmaba la estámina y el aguante de Vargas con potentes golpes al cuerpo, que minaban poco a poco la resistencia del mexicano. Luego, ese recto de zurda que lanzo a la lona al “Bandido” Vargas muy lastimado en el round 4, nos decía que el final era tan solo cosa de tiempo.


Durante el resto de la pelea hasta la novena ronda, vimos que Miura crecía en el dominio del pleito y al terminar la octava vuelta, Francisco Vargas se fue muy lastimado a su esquina presagiándonos que estábamos frente a un final escasamente esperado por muchos, pero que era evidente que llegaba.

Sin embargo, desde el fondo de su corazón y su mente, Francisco “El Bandido” Vargas, resurgió como el ave fénix y de forma explosiva, nos hizo rememorar las grandes batallas en las que la casta y el pundonor del “Guerrero Azteca”, salió a flote. Saco la garra, el orgullo y entro a esa novena vuelta como un ‘miura’ a matar o morir. Esas son el tipo de peleas que crean una nueva base de fans, son las peleas que al pasar el tiempo, lees o escuchas decir a alguien que son la razón de ser un fan del boxeo.  

Vargas demostró que aún quedan vestigios del gran “Guerrero Azteca”, nos hizo sufrir viéndolo casi al borde de una derrota que parecía inminente, pero también, nos brindo la inmensa alegría de verlo surgir casi desde las cenizas, y apelando a su valor, imponerse en un combate que prácticamente tenia perdido.

Fue sin lugar a ninguna duda, la pelea que salvo el evento. Francisco “El Bandido” Vargas y el japonés Takashi Miura, se metieron al ensogado a regalarnos lo mejor de cada uno de ellos. Miura, tuvo al inicio del combate, un aviso de que estaba talvez en la pelea más difícil de toda su carrera, cuando Vargas lo tuvo al borde del nocaut en el primer asalto. A pesar de esto, el japonés se recupero, y desde allí empezó a dibujar su pelea hasta el octavo con todo a su favor.

Pero, ese final por todo lo que había sucedido durante 8 rounds, fue apoteósico. Vargas forjo en gran medida con esta victoria, una buena parte de su legado. Se hizo del título mundial súper pluma del CMB, de una forma que ahora es muy poco vista. Lo hizo frente a su público, durante un evento PPV y apagó el coraje de otro gran guerrero como Miura.

Son estas peleas y sus resultados, las que nos siguen dando el aliento para seguir adelante. Estos boxeadores, nos dicen con sus presentaciones que no todo está perdido, y que dentro de inmensa maraña que representa el boxeo actual y los negocios, aun vemos a estos gladiadores brindarnos un combate digno de ser recordado, y nos deja la sensación de que errar así un pronóstico, valió la pena.  

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