Coincidencialmente, en esta ocasión regresamos para ver cómo un
peleador de origen Filipino, es motivo de otra nota titulada La Razón de lo
Irracional parte III. La primera, fue sobre Pacquiao igual que la segunda, y
esta vez le toco el turno al “Filipino Flash” Nonito Donaire.
Resulta para muchos una tarea realmente
incomoda, el tener que lidiar con los Legados que cada peleador trata de erigir
en todas las divisiones, sin entrar en el dilema de apartar los favoritismos. Obviamente
que en esa tarea, debemos tener en cuenta que, la calidad de los oponentes es
en verdad lo que determina qué tan bueno es el legado de cada boxeador de los
que ahora se les llaman ‘Elites’. Sin ninguna duda, la calidad de los rivales
enfrentados a través de sus carreras, está estrechamente ligado al valor o
importancia de sus legados.
En lo referente a Nonito Donaire, mucho se
ha escrito sobre este asunto y nosotros, creemos que aun cuando aquel legado se
hizo en divisiones donde el filipino llevó ventajas, no podemos omitirlo. Somos
de la opinión de que quien trate de escribir sobre algún tema en particular, debería
al menos tratar de informarse antes o, como en nuestro caso, interactuar con
quienes están allí metidos en estos tema 24/7/365 como son los fanáticos del
boxeo. Mientras eso no se haga, el resultado estará no tan apegado al sentir común
y bastante alejado de alguna verdad.
No vamos a poner en duda la calidad de
Nonito Donaire. Al contrario, creemos que mientras enfrentó a oponentes
considerados buenos y reales retos. Logró salir adelante propinando nocauts impresionantes
que de alguna manera, se usaron para llevarlo a ser parte de un selecto grupo
como lo es el famoso listado libra por libra. Y no solo eso, sino que basados
en sus actuaciones en 2012, la Asociación de Periodistas Deportivos de Estados Unidos y
gran parte de los medios acordaron otorgarle el premio como el boxeador del
2012.
Hasta acá, creo que un gran número de
aficionados estarán de acuerdo con nosotros y con lo mencionado antes. Luego,
debemos hacer un aparte. Desde su llegada a las 122 libras, peso el cual
consideramos es o era su peso natural. Nonito Donaire fue menos contundente de
lo que lo fue en categorías inferiores. Su
pelea en 118 contra el campeón super mosca Omar Narváez nos dio la pauta para
pensar que en estos pesos Nonito no sería lo que fue en las 115 y 112 donde en
base a sus ventajas en alcance y estatura imponía su poder.
Más tarde, se mide al Puertorriqueño Wilfredo
Vázquez ganando por decisión dividida en 12 rounds, para subir y ganar después,
contra un peleador de altas y bajas como Mathebula una pelea bastante cerrada
por decisión unánime. Luego, termina de retirar a un veterano como Nishioka derrotándolo
por KO en 9 vueltas, para cerrar el 2012 con una victoria por KO en 3 rounds contra
una momia como El Travieso Arce que llegó a esa pelea a cobrar un cheque.
En 2013, ya se había calentado bastante la
pelea contra el cubano Guillermo Rigondeaux. Y una victoria frente a un
oponente como el cubano, con todo su aval amateur, Bob Arum y toda la gente de
Top Rank junto a HBO, consideraron era lo que le faltaba a Donaire para
convertirse en el próximo Tifón Filipino en lo que a ventas de PPV se refería. El
escenario escogido fue el Radio City Music Hall de Nueva York, ciudad donde
Donaire contaba con todo el apoyo del público, que esperaba otro contundente
nocaut para terminar de ponerle el colofón al premio que tan solo dos días antes,
Nonito había recibido y que lo acreditaba como el Boxeador del 2012.
Luego de 12 rounds en los que Rigondeaux
desnudó todas las carencias técnicas defensivas y ofensivas de Nonito Donaire. El
cubano Rigondeaux se alzó con una contundente victoria por decisión unánime con
la que labró el camino del calvario de Donaire y destruyo los sueños de HBO y
TR en torno al “Filipino Flash”.
Así las cosas, y ya sin aquel halo de
invencibilidad que le rodeaba, Donaire se lanzó a buscar suerte en las 126
libras y allí, le fue peor de lo que muchos esperaban. Realiza una revancha
contra Vic Darchinyan y, si no es por ese golpe que liquida al Armenio en el noveno
y penúltimo round, seguramente hoy hablaríamos de otra derrota. Luego, se quita
de una pelea en mayo de este año contra Vetyeka, y Arum lo hace campeón mundial
una vez más con una decisión técnica sin sentido, para caer el pasado mes de octubre
frente a Nicolás Welters por nocauts en 6 vueltas.
Pues bien, regresando al tema de este artículo
que es el Legado, ahora vemos como los fanáticos se rasgan las vestiduras
cuando se les menciona que Guillermo Rigondeaux, el verdugo de Donaire quien además
ostenta 2 de las 4 posibles coronas de esta división, desea medirse a
peleadores como Leo Santa Cruz, Abner Mares, Scott Quigg o Carl Frampton. Nos
resulta poco menos que absurdo, que siendo éstas las peleas naturales en esta categoría,
exista alguien quien guste del boxeo que se oponga a ver a los campeones
medirse a los campeones.
¿Cómo diablos creen los fanáticos de hoy día
que han construido sus Legados aquellos que lo tengan. No es acaso enfrentándose
a los mejores? Por norma, esa es la condición, nadie en el boxeo puede hacer un
Legado si no sube a medirse a los mejores oponentes de su categoría y además
derrotarlos.
Sin embargo, esto que ahora exponemos es
lo que tristemente ocurre. Al fanático lo venimos diciendo desde hacer rato, le
arrebataron el juicio y el derecho que tienen a exigir que se hagan las mejores
peleas.
El PPV y su maquinaria mediática, alienaron
ese derecho y les entrega a cambio, peleas que no son ni de cerca lo que un campeón
debería hacer. Hemos llegado al colmo de leer cosas como “Prefiero ver a determinado campeón
contra un esparring, que verlo contra este cubano” cuando esta generación de fanáticos levante la
cabeza y la historia les pida cuenta de qué fue lo que soportaron y porqué…el
tiempo que todo lo pone en su lugar, terminará por abolirla y desde sus cenizas,
levantará otra que hará honor a la Gloria y el Valor que se le debe al Boxeo
como el Arte de Fistiana por excelencia…. Vaya legado el que dejara esta generación
a las venideras!!
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